Habíamos tenido suerte. Todas las tormentas invernales parecían darse al sur de la frontera. Y en Montreal nada. Pero ya ayer los montrealenses volvieron a acordarse de que estaban en invierno. La nieve volvió a cubrir banquetas que durante semanas se nos presentaron limpias. Y pronostican mucha más a partir del miércoles. Después de todo, Montreal es sinónimo de esa cosa blanca. Así padezcamos estos años de calentamiento global, ahí viene la nieve.
Habíamos tenido suerte. Todas las tormentas invernales parecían darse al sur de la frontera. Y en Montreal nada. Pero ya ayer los montrealenses volvieron a acordarse de que estaban en invierno. La nieve volvió a cubrir banquetas que durante semanas se nos presentaron limpias. Y pronostican mucha más a partir del miércoles. Después de todo, Montreal es sinónimo de esa cosa blanca. Así padezcamos estos años de calentamiento global, ahí viene la nieve.